viernes, 31 de agosto de 2012

Capitulo 27.


Justin: Pues, tendremos que hacer algo, antes que nos lo hagan a nosotros. ¿No? –asentí-
Yo: ¿Pero qué?
Justin: Pues, sería mentir. Salir con ella, hasta que se harte, y ya seguiríamos nuestra vida normal.
Yo no se si estaría dispuesta a ver a Justin besando a otra chica, que no fuese yo, pero tuve que aceptar, por que era la única opción. 
Justin: Mañana cortaremos. De mentira, delante de todo el instituto, o, mejor, cerca de ella, para que lo vea. Luego le mentiría y le diría que le quería a ella, y no a ti, y ya, pues saldré con ella. Espero que sea poco tiempo, por que esa chica, aparte de miedo, me da asco.
Yo: Tendrás que besarla. ¿Verdad?
Justin: Supongo. Intentaré ser cansino, y así, conseguir que se harte antes.
Yo: Bueno… no tardará mucho. Ya sabes como es Sandra.
Justin: Si. Lo único que quiero es que me deje en paz, y a ti también y que podamos seguir saliendo como una pareja, medianamente normal.
Terminemos de tomarnos el chocolate, y tuve que irme a mi casa, por que Sandra podría haber hecho que su padre nos mandara a unos espías para que me vigilasen, y ya, si me vieran con él mucho, torturarme, supongo. Y si averiguasen que Justin lo sabía todo, no se lo que podrían hacernos.
Al día siguiente, no nos fuimos juntos y vino Sidney a por mí, con su coche. Cosa que ya acordemos la tarde anterior. Desayuné y me puse a esperar a Sidney en el portal de mi casa. Justin salió antes de que viniera Sidney a por mí, y me miró, y miremos a los lados por si había alguien mirándonos. Él dijo: Te Quiero, aunque no lo escuche, por que lo dijo bajo, y además, no quería que se oyese. Yo le dije: Te amo. Él me mostró su hermosa sonrisa, se puso la gorra, bajo la cabeza, y se metió en el coche.  Justo cuando desapareció por la esquina de la calle apareció Sidney. Ella me ve y me lanza un pitido. Me levantó de golpe, cojo la cartera y sacudo el brazo en modo de saludo.
Sidney: ¡Buenos Días!
Yo: Buenos días cielo. –dije, aunque iba pensando en el plan que hice con Justin ayer-
Sidney: Te veo concentrada.
Yo: Si bueno…los exámenes y tal…
Sidney: Te entiendo. –reímos ambas- Hey, ¿y Justin?
Yo: Nos peleemos ayer…y bueno…
Sidney se puso seria. No deberíais de cortar. –dijo-
Yo: Creo que es necesario. Más tarde, te lo contaré. –Sidney asintió-
Lleguemos al instituto, vale, ahí estaba Justin, estaba hablando con Ryan. El plan comienza en el recreo, hasta entonces, no podemos hablar. A mi izquierda está Sandra mandándome miradas. Sé lo que significan.
~Conversación entre Justin y Ryan~
Ryan: Tio, ¿que te ha pasado con Miriam?
Justin: Nos hemos peleado… Escuchame Ryan, todo lo que pase hoy es mentira.
Ryan: ¿A que te refieres?
Justin: ¡Tu piénsalo!
Ryan: Vale.
Suena el timbre, y cada uno se va a sus clases. A la hora del recreo…

lunes, 20 de agosto de 2012

Capitulo 26.


Me paré justo en frente. ¿Qué hago ahora? –Pensé- Supongo, que debería de decírselo, que está en peligro, si sigo con él. Debería llamar, o algo. Tendría que ducharme antes, pero, no me quedó tiempo. Vi una sombra asomarse por la ventana, y al segundo, desapareció.
~Pensamientos de Justin~
Vaya, está lloviendo mucho… -Piensa mientras se asoma por la ventana, mirando al cielo- Y en fin, voy a... ¿Quién es esa? ¿¡Que!? ¿Qué hace ahí Miriam, empapada de agua?
Justin fue corriendo a coger una toalla para que me seque, y entre para adentro.
Justin abre la puerta, y abre tanto la puerta, que casi le da un golpe a la pared con ella. Sale corriendo, baja los escalones se pone enfrente de mí y me rodea con la toalla, y luego con sus brazos. Yo con una toalla, que casi no sirve para nada, por que está lloviendo a cantaros, y termina empapada. Y Justin, que se queda abrazado a mi, y con la cabeza apoyada en mi hombro.
Justin: Pasa, y dúchate, prepararé algo caliente, te vas a poner enferma.
Yo asentí sin más, debido a que no podía ni esbozar una sonrisa, pensando en lo que tendría que decirle. Me meto en la ducha y cuando salgo, tengo una camiseta de Justin y unos pantalones de Pattie. Me los pongo, me pongo con la cabeza hacia abajo, cojo la toalla, y me lo intento secar, y sacudo la cabeza, luego, subo la cabeza rápidamente, golpeándome el pelo empapado en la espalda, y mojando un poco la camiseta de Justin. Me peino y me lo seco un poco, y me pongo las zapatillas que también me ha dejado Justin, y salgo. No está Pattie, pero se olía al chocolate caliente que hacía en las frías mañanas de invierno del año pasado. Lo estaba haciendo Justin, con la receta de su madre. Cojo una silla, y me siento en la cocina, mientras Justin prepara el chocolate.
Justin: ¿Por qué ibas así?
Yo: Justin…tengo que hablar contigo.
Justin apaga la hoya, y directamente, la aparta del fuego, y lo sirve en dos vasos.
Justin: Dime.
Yo: Pues…Que me han amenazado.
A Justin se le abrieron los ojos como platos y falto poco para que se le callera el vaso.
Justin: ¿Quién? ¿Cómo? y ¿Por qué?
Yo: Sandra, engañándome con una carta ‘tuya’ para esperar a las afueras y por ti.
Justin: Explícate.  
Yo: Pues, Sidney me dijo que tenía una carta para mí, tuya. Que la leyese, y eso, y ponía que tú me esperabas en las afueras del pueblo, pues, me dejaron mis padres allí y resulta, que estaba Sandra, con su padre, el mafioso, y me amenazaron, y tengo que dejarte. Sandra quiere salir contigo, y si no la dejo, me matará. O peor, te matará a ti.
Justin se tapó la cara con las manos, y vi caer una lágrima encima de la mesa. Él no quería que me matasen. Ellos son capaces de hacerlo, y por eso tengo tanto miedo, pero, es peor que lo maten a él a que me maten a mi. Daría la vida por él y sé que el por mí, aunque no se lo perdonaría si le pasara algo por mi culpa.
Nos quedamos en silencio, Justin se calmó y entonces se descubrió la cara, llevaba los ojos rojos, pero, yo no le dije nada.
Justin: Tenemos que hacer algo –dijo Justin con la voz temblorosa-
Yo: Si. Pero… ¿Qué?
Justin: Pues…
Poned vuestra opinión junto con el siguiente por favor, por Twitter ( @MiriamSwaggie) Tuenti ( Miriam Belieber)

jueves, 9 de agosto de 2012

Capitulo 25.


Sidney: ¡Miriam! Toma, me han dicho que te de esta carta… Adiós, ¡me tengo que ir! –Dice ya corriendo hacia dentro del instituto.
Yo: ¡Sidney! –grité, pero no me escuchó-
Mi padre: Miriam, ¿nos vamos ya?
Yo: Si papa, lo siento.
Me meto en el coche, dejo la carta a mi lado izquierdo, me siento, y me coloco bien el vestido, y ya me pongo el cinturón. Cuando estamos listos, me dispongo a leer la carta. Ponía:
Miriam, soy Justin, ¿podrías ir al almacén que hay a las afueras justo al terminar la obra de teatro? Tengo que decirte una cosa. Cuando llegues, entra por la puerta.
Cierro la carta y la meto en el sobre.
Yo: Papa ¿Podrías llevarme al almacén de las afueras? Está allí Justin.
Mi padre: Vale.
Mi padre da la vuelta, y se dispone a ir en camino del almacén que está a las afueras de mi pueblo. Cuando llegué, me despedí de mis padres y me dirigí dentro del almacén. La luz era abundante, pero no estaba Justin. Oigo mi nombre.
Xx: ¡Miriam!
Yo: Ah, hola Sandra. ¿Qué haces aquí?
La verdad, es que Sandra me caía muy mal. Aparte, que era de una familia mafiosa, y conseguía siempre lo que quería. Y si no, te quitaba del medio. Le daba igual quien fueses, si te ponías en su camino, olvídate de tus planes.
Sandra: Justin no está aquí. Yo hice esa carta. Sólo quería decirte que tienes que cortar con Justin.
Yo: ¿Por qué?
Sandra: Por que quiero salir yo con él.
Yo: Sandra, Justin es mi novio.
Sandra: Si, lo sé, pero será el mio dentro de poco. Y no quiero hacerte daño, así que corta con él.
Yo: No pienso cortar con Justin.
Sandra: ¿Quieres que te maten?
Yo: ¿Por qué van a matarme?
Sandra: Te estoy diciendo que dejes a Justin. Voy a salir yo con él. O si no, no tendré miedo de matarme.
¿Qué? ¿Me querían matar? ¿Por salir con Justin? Se me rompió el corazón, por que, sé que si no cortara con Justin, me iban a hacer daño. Una vez, Sandra quería al novio de una amiga, y le faltó muy poco para ser atropellada ‘’sin querer’’ por un hombre. Tuvo que dejar a su novio, para que Sandra saliera con él. Porque si no, iban a acabar mal.
Yo: No sé que decir…
Sandra: Corta con él. Y como le digas algo a Justin, te mato.  Y a él también.
Se me humedecieron los ojos, sabía que no andaba con tonterías, entonces, bajé la cabeza, y me salí por la puerta. ¿Cómo me iba a mi casa? Andando. Aunque pillaba lejos, fui andando, mis padres tenían que irse de viaje y no podía llamar a Justin. Cuando empezó a llover. Sí, empezó a llover, era de las cosas que me faltaban ya ese día. Tenía que cortar con Justin, por que si no me matarían, o le matarían a él, y tenía que ir desde las afueras de mi pueblo hasta el centro. Quiero morir –dije-
Me empapé de agua, y se me corrió la pintura, aparte de llorar, por la lluvia. Cuando estaba llegando a mi casa, Justin tenía la ventana abierta, y…
Poned siguiente si leéis mi novela por twitter (@MiriamSwaggie) y tuenti (Miriam Belieber) GRACIAS POR LEER :3

martes, 7 de agosto de 2012

Capitulo 24.


Conversación entre ambos:
Justin: Como te vuelvas a acercar a ella no me hago responsable de lo que te pueda hacer.
Johnson: ¿Y que vas a hacerme? Pero si sólo eres un niñato.
Justin: Un niñato enamorado de esa chica que está en el coche. Asi que, o la dejas en paz, o habrán consecuencias.
Johnson: Bueno, tampoco te pongas así, tío…
Justin: ¿Cómo no quieres que me ponga así? –Dice Justin alzando cada vez más la voz-
Johnson: Bueno, bueno. Adiós.
Justin se acercó al coche entró, y metió la llave en el coche. Cogió su gorra de NY, y se puso serio.
Justin: Como se te vuelva a acercar ese me lo dices.
Yo: Justin…
Justin: ¡Me lo dices! ¿Entendido?
Yo: Si, si. Pero no va a volver a pasar, ya tengo suficiente con que me protejas tú de él.
Entonces frena el coche, debido al semáforo, me mira, y me besa.
Cuando llegamos al instituto, todos nos estaban esperando para empezar a ensayar la obra, ya que ésta tarde la haríamos para los padres, y para la gente que pagase entrada.
Los ensayos salieron perfectos. Llego la hora de hacer la obra de teatro, nos metieron en nuestra aula de clase, y pusieron cortinas para que nos cambiásemos. Yo me cambié en el mismo sitio que lo hizo Justin, pero, no me gustaba que me viesen sólo con la ropa interior.
Yo: Justin, no mires, eh.
Justin: Algún día te veré así, y peor, y lo sabes.
Yo: Sí, pero más adelante.
Justin me cogió delicadamente por la cintura, ya que estaba de espaldas, me giró, y me empujó hacia él. Estábamos totalmente parados, cuando estábamos a centímetros de la cara…
Justin: Y espero que no falte mucho para ese destino.
Yo me acerqué más a él, hasta el momento en el que nuestros labios se juntan, y nuestras lenguas se entrelazan entre si. Mientras que Justin me acariciaba el pelo, y yo a él el cuello, y deslizábamos nuestras manos por toda la espalda.
Iba siendo hora de vestirnos, así que, nos apartamos y empezamos a vestirnos rápido. Yo me puse un vestido rojo, palabra de honor, por encima de los tobillos, con caída lisa, y una torera de terciopelo negra. Justin se puso Una camiseta negra de manga corta, con unos pantalones rojos largos. La obra empezó, la gente nos aplaudió y empezamos con nuestros guiones. No hubo ningún imprevisto, y salió todo perfecto. A la gente le gustó bastante, y recaudemos mucho dinero para donarlo. Cuando lleguemos a las aulas, nos cambiemos, y mis padres se acercaron a darme la enhorabuena e hicieron lo mismo con Justin. Mis padres se disponían a llevarme a mi casa y Pattie a Justin a la suya, cuando Justin ya se había ido, se acercó Sidney, a decirme algo, y a darme una carta que llevaba en la mano…
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jueves, 2 de agosto de 2012

Capitulo 23.


Yo: Justin, cállate, ya está todo arreglado.
Justin: Bueno. Ah oye, ¿mañana vengo a por ti para ir al instituto?
Yo: Vale…Ah, tenemos que hacer lo  la obra de teatro.
Justin: ¡Cierto! Se me había olvidado.
Yo: ¿repasamos?
Justin: Bueno.
Nos tiramos horas repasando, hasta que ya, él se fue a su casa y yo me quede en la mía durmiendo.
A la mañana siguiente, me despierto a las 7:00 por el maldito despertador, y ya, que no sabé  que hacer, me pongo a prepararme. Me lavo la cara y me peino. Desayuno un vaso de leche con cereales, y ya, me visto. Me pongo esto: 
Y me preparo la cartera con los libros y los guiones, ya que hoy repasaríamos una hora, ya que tenemos luego por la tarde, la obra de teatro.
Oigo el timbre, apago las luces, y cojo la cartera, y voy a abrir la puerta, suponiendo que sería Justin. No era Justin, era Johnson. Era uno de los chicos que me ‘acosaban’ en primero y segundo de la ESO.
Yo: ¿Qué haces aquí Johnson?
Johnson: Buenos días por la mañana, guapa.
Yo: No me llames guapa. ¿Qué vienes a buscar?
Johnson: A ti.
Yo: ¿A caso de que? Justin no tardará mucho en llegar, y como te vea aquí, no me hago responsable de lo que te haga después de lo que me hiciste.
Johnson un día, no paró de seguirme, hasta que llegué a mi casa. Y Justin me acompañaba a mi casa, por si me hacía algo. Es un cerdo. Si, todos sabemos lo que quiere, pero no lo va a conseguir, y menos con Justin protegiéndome. Casi se matan en medio de la calle por mi culpa, por que no me dejaba en paz, y Justin conmigo es muy sobreprotector, y no hay nada que se interponga en su camino para hacerlo.
Yo: Johnson, vete, enserio. No quiero hablar contigo, y menos, que te pelees con Justin.
Johnson: No le tengo miedo.
Yo: Pues deberías.
Johnson: Es un niñato cobarde, no puede hacerme nada.
Yo: Cállate –digo bajando la cabeza, apretando los dientes, y cerrando el puño.-
Johnson: ¿Y si no lo hago?
Yo: Hazlo.
Johnson: Que guapa te pones cuando te enfadas…
Yo: Eres un cerdo.
Johnson: Y tú una guarra.
Yo: ¿Perdona? ¿Guarra? ¿Por qué? ¿Por no salir con un tío como tú? ¿Por salir con Justin? ¿Por mandarte a la mierda? ¡Dime, por que soy eso!
Johnson: Por todo eso.
Ya no podía más. Me estaba poniendo de los nervios, y no pude aguantar más.
Yo: Cállate, ahora.
Johnson: ¿Y si no lo hago?
Justin: Pues lo hago yo.
Johnson: Anda, mira, el rey de roma…
Justin se estaba cabreando mucho. Y cuando se cabrea, no te pongas a su distancia, por que, si está enfadado, te pega, seas quien seas.
Yo: Justin, vamos. Déjale, no merece la pena.
Justin: Vete para el coche, Miriam.
Yo por no contradecirle, cogí mi cartera, le di un beso, delante de Johnson y él se acercó a mi oído, y me dijo ‘Buenos días princesa’ Yo le miré a los ojos, y le sonreí, y él a mi, y me dio las llaves en la mano. Me fui hacia su coche y ya, metí la cartera, y luego yo. Cerré la puerta, y miré hacia ellos.
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